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Pulido


El proceso de pulido consta de tres pasos. Primero, se eliminan las rebabas y demás imperfecciones de la soldadura; luego, se pule la zona y, por último, se abrillanta el material para conseguir el acabado deseado. Podemos pulir con cualquier acabado una gran variedad de metales, como latón, aluminio, cobre, acero inoxidable, acero y otras aleaciones, tanto en piezas pequeñas como grandes.

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